Me choca el sentimentalismo de este libro, los protagonistas tan buenos y valientes, la protagonista, de papel. Me huele a Remarque y sus Tres Camaradas. Lo veo como algo digno de un mocoso. Hablando con más serenidad, el autor no tiene derecho a complacer a sus protagonistas solamente porque está de su lado. El romance al final podía haber terminado como en la novela, pero para esto la amada del protagonista necesitaría algo de personalidad y en realidad no es más que un espacio en blanco. Sigo considerando el problema de betrización como algo interesante y razonable, pero su realización ha resultado demasiado simplista. Este mundo es demasiado plano, unidimensional. Mi doble actitud hacia este libro se percibe en el hecho de que lo dejé traducir.