La investigación es aparentemente una novela escrita a la antigua, en un estilo tradicional inglés. Pero cuanto más nos adentremos en el misterio, más lejos parece estar su resolución, mientras que el mundo de la novela – de un decorado estándar para un crimen convencional — se convierte en una visión moderna del mundo caótico, abarrotado, en cuyo laberinto tenemos que buscar nuevos guías, no siempre fiables ni honestos.

La investigación no me satisface totalmente, aunque no está mal escrita y proporciona una tensión aceptable. Solo que el final rompe con el modelo del género y es un intento muy ambicioso, porque aparece allí una historieta filosófica que relativiza todo, enseña que pudo suceder lo que sucedió, pero también otras cosas. La fiebre del heno es mejor porque es más verosímil. Hasta yo podría llegar a creérmelo. Incluso en las categorías de naturalismo y de verosimilitud ingenua está mejor hecho. Y mi apego a esta idea viene de que siempre he tenido una actitud maníaca hacia lo que puede hacer la casualidad, la coincidencia, un golpe de suerte o el Destino.