La fiebre del heno es una novela cuasi detectivesca. Se trata de resolver el enigma de una serie de muertes misteriosas que padecen los clientes de un balneario de Nápoles. El protagonista de la novela, un cosmonauta americano jubilado anticipadamente debido a problemas de alergia, intenta resolver el misterio. Se implica en muchas aventuras extraordinarias, pero al final resulta que la más importante es la aventura de una mente activa que tiene que encontrar su camino en el caos de miles de acontecimientos del mundo contemporáneo.

La investigaciónno me satisface totalmente, aunque no está mal escrita y proporciona una tensión aceptable. Solo que el final rompe con el modelo del género y es un intento muy ambicioso, porque aparece allí una historieta filosófica que relativiza todo, enseña que pudo suceder lo que sucedió, pero también otras cosas. La fiebre del heno es mejor porque es más verosímil. Hasta yo podría llegar a creérmelo. Incluso en las categorías de naturalismo y de verosimilitud ingenua está mejor hecho. Y mi apego a esta idea viene de que siempre he tenido una actitud maníaca hacia lo que puede hacer la casualidad, la coincidencia, un golpe de suerte o el Destino.