
Stanislaw Lem
Siempre intentaba reducir al mínimo el contenido argumental. Hace mucho que me aburre la solidez del relato en el cual la "marquesa salió de casa a las cinco". Para qué cojones quiero la marquesa, su casa y la hora. Hay que decir solamente lo que importa. Me di cuenta de que fabricando las reseñas e introducciones puedo hacer en el mismo tiempo muchas más cosas que necesito como experimentos de modelo que si hubiera dedicado a cada una de ellas el esfuerzo completo, en buena medida poco creativo. Si no tuviera la conciencia de estar limitado existencialmente a unos sesenta, setenta años y de que en pocos años mi cerebro empezará a desintegrarse progresivamente, quizás me permitiría aún dedicarme a realizar de forma completa ciertos experimentos literarios. En esta situación me siento justificado ya que me apuran circunstancias independientes de mí mismo.