Me deslomo escribiendo un nuevo librito cuyo título “Un valor imaginario” no me gusta para nada, es una antología de introducciones a obras inexistentes. Metí allí también las introducciones a mis obras Post Mortum, escritas desde la perspectiva de un cadáverU un juego, pero terriblemente difícil porque la perfidia hay que dosificarla adecuadamente. Será pequeñito, unas 100 páginas, pero mogollón de trabajo. Una cosa personal con bastante mala leche adecuadamente camuflada.
Un valor imaginario sirve para no escribir los libros de los que tratan las introducciones, no para escribirlos; porque el Amor, la Nostalgia, la Grandeza, la Felicidad – todo eso vive de la FRUSTRACIÓN. Así que en la frustración reconforto mi escritura.
Cartas a Michael Kandl