La nube de Magallanes

La nube de Magallanes

Obłok Magellana (La nube de Magallanes) – la mayor obra de ciencia ficción de la primera mitad de los años cincuenta. Durante muchos años no fue reeditada por el autor, a pesar de que desde el punto de vista político a día de hoy no hay mucho que censurar. Si nos olvidamos del didactismo obligatorio seguirá siendo una lectura que puede despertar interés como el primer relato tan detalladamente elaborado (desde el punto de vista de la técnica y de la psicología de los tripulantes) de una exploración espacial y la aventura del Contacto.

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Stanislaw Lem 1921 - 2006

image Stanisław Lem es un erudito y un virtuoso de la estilización; su creación se puede calificar como la de un genio. Las obras, equipadas con un fondo científico elaborado, conducen al lector a un laberinto interminable de géneros y estilizaciones. Al igual que los héroes solitarios de Lem, sus novelas se distancian de las pasiones y preocupaciones del día a día. Testimonian un intelecto elevado muy por encima de las posibilidades del individuo; una mente a veces maliciosa, otras veces llena de humor, sorprendente, bondadosa y escéptica, que aterra al lector al tiempo que invariablemente le sirve una paradoja. Su imaginación es tan poderosa y original que el mundo creado siempre se muestra verosímil y tangible. Leed a Lem: es un gran escritor y una de las mentes más poderosas de nuestros tiempos.

"The New York Times Review of Books"

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Ciberíada es una mezcla humorística de la fábula tradicional y de la literatura de ciencia ficción, con constructores haciendo de magos y con milagros que se deben únicamente a unas habilidades técnicas increíblemente desarrolladas. Pero los reyes, codiciosos, crueles y obsesionados con el poder pertenecen ya a nuestra realidad. Igual que entre nosotros, viven allí curanderos ingenuos que creen que con una idea es posible salvar al mundo y a la humanidad. En los países de robots no lo consiguen; de forma similar, dice Lem, habría sucedido en nuestra realidad, porque el mal, igual que - por suerte - el bien no se pueden erradicar del mundo. Por eso los cuentos nunca cesarán de existir.